Fotografía del Benemérito Cuerpo de Bomberos.
Toda historia tiene un comienzo. El Huracán Eta, que azotó fuertemente a Centroamérica, y especialmente el noroccidente de Honduras también. En esta cronología te contamos qué pasó en esas primeras horas cruciales y profundizamos en la evolución del fenómeno natural desde que era una depresión tropical hasta estar catalogado como huracán categoría 4. Para mostrarte el panorama completo, recopilamos información del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, de la Comisión Permanente de Contigencias (COPECO), y del Gobierno de Honduras.
Primero lo primero. ¿En qué fecha el Centro Nacional de Huracanes (@NHC_Atlantic) notificó sobre el Huracán Eta? 30 de octubre.
¿Qué pasó en las horas posteriores a esa notificación?
Ese mismo viernes 30 de octubre, César Quintanilla, experto en meteorología y empleado de Televicentro, mencionó en el noticiero estelar que se esperaba una fuerte actividad lluviosa para la siguiente semana.
Dos días después, domingo 1 de noviembre, el Centro Nacional de Huracanes advertía sobre la amenaza que el fenómeno natural, en ese entonces catalogado tormenta tropical, significaba para distintas regiones, ya que según sus pronósticos provocarían graves inundaciones y deslaves de terreno.
Esta información la compartió periodista Edgardo Melgar en su programa 30/30 el domingo la noche. Junto con el doctor Omar Videa, solicitaron al Gobierno de Honduras tomar cartas en el asunto de manera urgente, e hicieron hincapié en la necesidad de cancelar el Feriado Morazánico que estaba agendado apenas 72 horas después.
Ahora es cuando esta cronología pasa a un segundo escalón. Y hacemos una pausa al huracán para explicar un eslabón importante de esta historia.
¿Feriado Morazánico? ¿En noviembre?
Debido a la pandemia provocada por el COVID-19, y con el afán brindarle un chaleco salvavidas a una economía hondureña hundida, el Gobierno de Honduras y el sector turístico del país acordaron trasladar el Feriado Morazánico a noviembre. Normalmente, éste celebra a partir del primer miércoles de octubre, y brinda libertad a las personas de ir por varios días a la playa, a la montaña, o a visitar a sus seres queridos. Debido a la situación sanitaria del país, que carecía de un panorama claro, no parecía correcto ni viable que se llevara a cabo en esa fecha.
Es por eso que se trasladó a noviembre, aunque tampoco se contara con una claridad sobre el estatus del Coronavirus en Honduras. Mediante el Decreto-126-2020 se modificó ante la ley la excepción para cambiar la fecha de este año.
El turismo es un bastión importante de la economía hondureña, los ingresos de casi 276,000 personas dependen directamente de él, según Carlos Madero, Ministro de Coordinación General. Por lo que existían muchas presiones para que el Feriado Morazánico no diera marcha atrás. Incluso, el SINAGER, ente que maneja la pandemia en Honduras, permitió la libre circulación durante esos días. Lo que desembocaba en que las carreteras tuvieran una alta movilidad, en que cientos de personas estuvieran hospedadas en lugares vulnerables, y sobretodo que no estuvieran resguardadas ante lo que se avecinaba.
Volvemos a Eta. Lunes 2 de noviembre, 2020
Según el Centro Nacional de Huracanes, Eta dejó de ser una tormenta tropical y estaba catalogado como huracán. Hasta el momento, COPECO había emitido alerta amarilla y verde para los siguientes departamentos:
A las 8:30 AM el Feriado Morazánico seguía en pie. Así lo confirmó un grupo de funcionarios gubernamentales, quienes se reunieron para decidir que los planes no se trastocaban, y que el asueto seguía vigente para el miércoles 4 de noviembre, todo con el fin de fortalecer la economía y el sector turístico.
Esta decisión contrastaba con las imágenes que a primera hora se miraban en los noticieros hondureños. El canal HCH, en su edición matutina, mostraba cómo el municipio de Choloma comenzaba a inundarse.
Apenas una hora después de comunicar que el Feriado Morazánico no se cancelaba, COPECO emitía alerta roja para 5 departamentos. Es importante recalcar que el departamento de Cortés, que finalmente fue el más afectado tras el paso de Eta, no fue declarado como alerta roja en ese momento. Esto pudo provocar que los residentes de la zona no desalojaran sus hogares a tiempo.
Lunes 2 de noviembre. 12 horas después: Cadena nacional, se cancela el Feriado Morazánico.
Tras un día plagado de imágenes que capturaban los estragos del fenómeno natural, que rápidamente escaló para ser catalogado como categoría 4, el Ministro Carlos Madero anunció mediante cadena nacional que se cancelaba el Feriado Morazánico. En ese mismo espacio televisivo, también se marcaron los 98,400 casos de coronavirus en el país.
Martes 3 de noviembre: La hora cero.
Finalmente, COPECO emitió alerta roja para los departamentos de Cortés y Yoro. Ya se habían registrado fuertes inundaciones en la región oriental del país, específicamente en los departamentos de Gracias a Dios, Olancho y El Paraíso.
Es importante anotar que el Valle de Sula, que está compuesto por 20 municipios, ha sido históricamente vulnerable a las inundaciones por sus suelos, y por los ríos que lo recorren.
Miércoles 4 de noviembre: Declaran emergencia nacional y enfatizan que las personas tienen dos horas para desalojar zonas de riesgo.
Eta se degradó y pasó a ser tormenta tropical de nuevo, pero su peligro seguía siendo inminente. Pasado el mediodía del miércoles, Juan Orlando Hernández anunciaba una emergencia nacional emitida por COPECO y todo el territorio pasó a estar en alerta roja. Además, exhortó a las personas que viven en zonas vulnerables a salir de sus casas en las siguientes dos horas.
El problema era el siguiente: ya no podían salir. El agua seguía subiendo y estaban atrapados. Según reportes en las redes sociales del Benémerito Cuerpo de Bomberos, y –muchísimas– publicaciones de la población, cientos de personas estaban tratando de salvar sus vidas, clamando por ayuda, desde los techos de sus viviendas. El nivel del agua estaba muy elevado, y en zonas como el sector de La Planeta, en La Lima, el anuncio de la alerta roja llegaba muy tarde.
Jueves 5 de noviembre: La misión de salvar vidas
Las calles de diversos sectores en Cortés dejaron de ser eso: calles. Se convirtieron en ríos que impedían a esos cientos de personas estar a salvo. Ríos que sumergían sus pertenencias, sus fotos familiares, sus mascotas, y lastimosamente… quizás a sus propios familiares. Hubo grandes movilizaciones de lanchas pertenecientes a civiles, y también al Estado. Alrededor de 10 helicópteros, públicos y privados, surcaban los cielos haciendo rescates aéreos, y una cantidad inimaginable de hondureños se volcó a brindar su apoyo para aquellos que dejaron sus sueños y el resultado de su trabajo duro bajo el agua.
Las secuelas
Lo peor ya “había pasado”, pero las calles siguieron inundadas por varios días, y la crisis humanitaria avanza a pasos galopantes: un país con un nivel de pobreza que sobrepasa el 60%, encima golpeado por la pandemia, y ahora por un huracán. Imágenes muy fuertes siguieron navegando las redes, y la sensibilidad de un pueblo hondureño apabullado anímicamente estaba más latente que nunca. A lo largo y ancho del país, e incluso desde tierras ajenas, poco a poco se fueron juntando toneladas de ayuda que se entregaron - y se siguen entregando - a los más necesitados.
En el momento que se publica esta cronología es impredecible calcular el valor real de las pérdidas ocasionadas por Eta. Y realmente, lo peor aún no ha acabado, ya que a ésta tragedia se le puede llegar a sumar un capítulo más en los próximos días. Los hondureños se están preparando para recibir el Huracán Iota, que está a la vuelta de la esquina.